jueves, 23 de junio de 2005

Arrogancia y Pedofilia

El señor Lavandero finalmente reconoció sus delitos y sacó ventaja de la reforma procesal.

Es su derecho.

Pero no es creible que haya optado por esta fórmula como "un mal menor".

Lo cierto es que de haber sido inocente, un hombre se habría defendido de ese tipo de acusaciones hasta las últimas consecuencias (como les gusta decir a los políticos).

Finalmente la arrogancia del señor Lavandero se terminó. (recuerdan el incidente del exceso de velocidad en Casablanca?).

Esperemos que sea condenado con justicia a las mas severas penas, incluyendo la prohibición de ejercer cargos públicos. Así la sociedad puede relegar al plano que le corresponde a un criminal deleznable declarado culpable de acuerdo a la Ley.

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