viernes, 3 de marzo de 2006

Gorriones IV - Olvidos y Cabezas de Pájaro

Lucho,

Se hace cada vez más frecuente recordar algunas cosas, que creo que va de la mano con nuestra edad, o con la madurez, adultez u otro sinónimo. Y de lo que me voy sorprendiendo cada vez más es de la amnesia total que se nos ha enquistado, como sociedad, en nuestro período de desarrollo, que no sólo significa progreso sino también transición de estados de madurez social, política, religiosa y afines.

Hacia los setenta, Gino Germani, connotado sociólogo argentino (y me refiero a éste por su cercanía con nuestra comunidad y datos acotados) formulaba que nuestro país llegaría a un estado de desarrollo hacia 2030 con “cueva” (Legrand, viña 2006). Los hechos han mostrado que las proyecciones del destacado no fueron lo precisas que él hubiera querido, sucediendo forzadas de mano al destino del país, con situaciones no queridas por todos y cada uno de nosotros (no diré los “bien nacidos” porque no me imagino de donde viene un mal nacido), para quedarnos, a la luz de las palabras de los inaugurantes, de los opinólogos, de los renovados, de los colorines, de los verdes, los pacifistas, los debutantes, los aparecidos y otros de discutido origen, que fueron dándole un manto de oscuridad a lo pasado, con que lo bueno sólo es fruto del esfuerzo de unos pocos a partir de una luz de colores nacida por allá en 1990, provocándonos una amnesia colectiva de los sucesos, y si no amnesia por lo menos lagunas mentales de procesos y evoluciones.

Cada causa tiene su efecto y vuelvo a pensar que nos hemos olvidado de muchas causas y las hemos disfrazado con discursos modernistas, que aprendimos en esa época oscura y hoy los disparamos al viento como una idea espontánea que sale aparentemente de nuestra vida reciente, no tomando en cuenta los procesos de maduración de las sociedades.

Una gallina pone su huevo y éste al estar fértil, se demora 21 días para que nazca un pollo, y para ser pollo de supermercado, unos 45 a 60 días más; un elefante tarda 3 años en nacer desde que fue gestado.

Una sociedad no llega al punto de desarrollo (no quiero decir progreso, que es una palabra y un proceso discutible) que tenemos hoy día en Chile por simple casualidad y premura que nos quieren hacer creer los anteriormente aludidos, diciéndonos que Chile nació en 1990 hasta el punto de la majadería.

Todo tiene su tiempo.

Creo que como personas que creemos en valores superiores debemos influenciar en nuestros cercanos a la información objetiva y verdadera aunque fuera con métodos bradburianos (Fahrenheit 451, 1953), para no entrar en la amnesia colectiva sino a una memoria individual e indisoluble.

Me olvidaba de unos personajes bastante siniestros, que no son excluyentes de los grupos anteriores…..los autocomplacientes.

Ojala se entienda.

Cariños,

Ricardo.

P.S
Va esta nota para los olvidados gorriones y a aquellos también olvidados que le pusieron el hombro en la “época media” en que sólo era oscuridad y penumbra.

Gorriones III

Lucho,

Después de haber escrito el mail, me fuí a lorear los lugarejos donde habitan y se reproducen (¿reproducían?) los gorriones, claramente identificados dado que la sola existencia de un pájaro en instalaciones de proceso de frutas, es motivo de rechazo para el cumplimiento de las GPM O BPA y el caso es que los vestigios de nidos, si es que así se le puede llamar, ya que no cumplen con ninguna técnica de construcción se pueden identificar, al contrario de la armazón del peligroso chercán, que se esmera en armar una ramazón de ramillas secas y con espinas, no saliéndose de una normativa común en el largo y grueso del material. Y que decir de la tórtola, que ocupa un poco de barro, caca y una que otra ramilla, quedando el nido como una pista de aterrizaje (o despegue para las tortolitas nuevas), casi pensando que los padres quisieran deshacerse lo más luego posible de sus hijos.

Pero volviendo al punto. En mi observación sólo encontré escombros de nidos, con numerosas hilachas de género, algún hilo plástico, ramas, pajas (de las comunes) y otros materiales, pero ningún gorrión, a pesar de que era la hora de inauguración de la línea cuatro del metro y podrian haber estado en algún plan de queja contra el INAUGURANTE, pero insistí en otros horarios y NO he encontrado gorriones.

Esto lo estoy tomando en serio y ya he visitado transformadores (eléctricos de alta tensión), las tuberías de PVC que mantenemos en bodega y, que son (o fueron) lugares predilectos de vivienda de los pajarillos en cuestión, quizá por la independencia que les daban estos lugares.

NO he encontrado gorriones y lo más común en mi búsqueda han sido esas populares tencas en sus danzas de pícaras inocentes culpables, sus vuelos de aprendizaje permanente; las turcas, que parecen que siempre van atrasadas; tordos gregarios y perjudiciales; cernícalos en sus oteros; peucos acechantes, pero nada de gorriones, por lo que estoy a punto de unirme a tu opinión, aparte de las consideraciones humanas del caso en las que he coincidido plenamente desde siempre, en el sentido de darnos cuenta de nuestro entorno sin ser pacifista ni verde, de que todo lo que nos rodea es nuestro (Génesis 1) y que debemos cuidarlo.

De pajarones, rapaces, loros, de alto vuelo (encumbrados), apequenados, tórtolos y vampiros (mamìfero, pero pájaro al fin) habrá que reflexionar.

De las aves que vuelan,
Me gusta el chancho,
Animal tan cochino,
Gustarme tanto
Tiki tiki tiiii…
(De Ramòn 1940)

Cariños,

Ricardo.

jueves, 2 de marzo de 2006

Gorriones II

Mi querido Ricardo,

Te agradezco infinitamente que hayas tomado el guante. Quién mejor que tú.

Pajarón me dirán algunos, sólo de pájaros te preocupas. Yo entiendo que esta preocupación por los gorriones puede sonar un poco latera y sin importancia, pero me parece que es una forma de no dejar que el mundo o la vida pase por sobre nosotros sin que nos demos cuenta.

Pero más allá de la filosofía y volviendo a los gorriones, te aseguro, basado en mis muy precarios conocimientos ornitológicos, que lo que hay en la ciudad son chincoles y no dañinos gorrioncillos. Del campo no puedo hablar. Lejos está el día en que lo dejé.

En todo caso seguiré observando y tratando de encontrar gorriones. Por ahora solo he visto bandadas de loros gritones y una pila de aves nocturnas y de mal agüero. También se ven gallinas que a la primera de cambio se dejan pisar y lotes de gallos pechugones que cacarean por cualquier cosa y que no se dan cuenta que ellos mismos se embolinan la perdiz, que revolotean sin sentido, se lo pasan graznando como jotes desplumados y como picaflores pasan de una a otra. Claramente no han loreado nada.

Aún tengo la esperanza de encontrar por ahí algún ejemplar que me dé una sorpresa. Un pajarillo que a pesar de todo todavía considere vivir en esta jaula llena de aves de rapiña. A pesar de lo poco gratos que son, un gorrión con ese espíritu me alegraría.

Respecto del “tax man” me remito a la canción de los Beatles. Otros bichos raros, por decir lo menos.

Un abrazo.

Gorriones

Lucho:

Lamento no poder tener el poder de expresión que lanzas en tu blog, pero aquí va un comentario con respecto a gorriones y otros bichos que en la apariencia están desaparecidos de la ciudad e incluso en los campos (lugar en el que resido) y que lejos de estar extinguidos, están en la flor de su existencia, que a diario están presentes en las estructuras de las bodegas, en las rendijas de las techumbres y otros lugares parecidos y, en pudiendo te mandaré unas fotos de dichos animalitos. A no ser que sean inocentes chincolitos disfrazados de populares gorrioncillos.

De todas formas estoy recogiendo el guante para buscar el gorrión perdido, cosa que me preocupa de buena manera porque si así fuera, hasta los funcionarios del SII estarían en riesgo de desaparecer con la misma sutileza que lo habrían hecho estos pajarillos, buscando un parangón de los unos con los otros por lo bulliciosas y dañinas que son ambas especies.

Seguirè investigando….

Cariños

Ricardo