martes, 21 de diciembre de 2004

De "Alambritos y Fantasmas"

Me permito unos comentarios a la carta de José M. Flores Burgos publicada más abajo. Él nos habla de Chivos expiatorios y caza de brujas....
Yo quiero hablar de "Alambritos" y de Espantar Fantasmas.

Como José, yo estudiaba en la misma facultad y estuvimos sometidos a las mismas situaciones ambientales que él describe, con la diferencia que yo estaba en el “otro lado”. Mientras a José sus dirigentes lo preparaban con armas o lo que fuera para defender el gobierno popular, yo también participaba activamente y me preparaba, incluyendo la posibilidad de usar armas, en actividades para defender un modo de vida, que incluía conceptos como constitución, ley, tranquilidad, convivencia, orden y abastecimiento.... Todo lo anterior, paradójicamente, pasaba por derrocar el gobierno y "echarse al bolsillo el estado de derecho" (entre comillas, porque todos los lados ya se lo venían echando al bolsillo desde hacía años).

La historia es conocida y no quiero ser majadero: José “perdió”, yo “gané”……. Pero, es cierto eso?... Yo creo que desde una perspectiva ética y moral TODOS perdimos, literalmente “como país en guerra”.

José asume con hombría su situación. Y ese es un punto clave: Nos dice que no se trata de Chivos Expiatorios ni de Caza de Brujas. Estoy de acuerdo, pero también nos está diciendo que todos nosotros asumamos con la misma hombría lo que nos corresponda. Todos. En ambos lados. Que espantemos los fantasmas.

Uno esperaría que a estas alturas los hechos se hubieran impuesto sobre las pasiones, ideologías buenas o malas voluntades y hubiéramos asumido nuestras acciones, responsabilidades y consecuencias. Hemos avanzado, es cierto, pero todavía queda por hacer.

Asumir y reconocer los hechos es clave. En mi opinión, nos ha costado una enormidad pensar y actuar con ecuanimidad, con rectitud y no hemos estado dispuestos a analizar la historia con una moral y una ética estricta y universal. Hemos estado entrampados analizando sin fin los “hechos” con una moral y ética acomodaticia.

Lo anterior es absolutamente consistente con una de las más destacadas y bien conservadas costumbres nacionales: la vieja y muy flexible cultura del “alambrito”: No se preocupe compadre, los chilenos somos pillos, esto se arregla con un “alambrito”…., Déjemelo a mí.

Así, con esa costumbre de creer que todo se arregla con alambritos y de creer que nosotros tenemos las mejores soluciones nos hemos pasado años en diálogos de sordos, cada cual con su alambrito y cada cual pensando que tiene la mejor solución. Muy flexibles los alambritos, pero desgraciadamente no sirven para arreglar todas las cosas.

Como sociedad (dejo fuera a algunos individuos destacables) hemos actuado de la manera más irresponsable y nos ha importado un bledo lo que piensen los demás o como son u ocurrieron realmente las cosas y hemos encontrado justificaciones para acomodar moral y éticamente los hechos lo que nos convenga. Con esa perspectiva, inevitablemente no hay diálogo. No hay comunicación. La arrogancia, el orgullo, la falta de voluntad nos han impedido avanzar

Pero la carta de José es una excelente señal. Es una respuesta a otra excelente señal: el Informe sobre Prisión Política y Torturas. Al fin parece que podemos hablar de hechos, con una sola moral, con una sola ética.

Los militares y la mayoría de las instituciones comienzan a desechar el “alambrito” y a encontrar soluciones serias. Nos empezamos a poner de acuerdo en qué es bueno y qué es reprochable. Empezamos a asumir y a abandonar el estado de negación. Realmente espero que esto continúe, no en la búsqueda de chivos expiatorios ni en la caza de brujas, sino en la búsqueda de los más preciados intereses nacionales. Por sobre todo la búsqueda de la libertad, la verdad y del respeto a los demás.

Ojala comprendamos que las ideas no se defienden con armas ni con violencia y que las instituciones del estado no pueden, bajo minguna circunstancia, quebrantar la ley, por más que los individuos que lo componen las quebranten

Ojala nuestros hijos no tengan que recurrir a “alambritos” para reparar nuestros errores y aprendan a reparar los suyos con los elementos adecuados, con alegría, humildad y por qué no decirlo, con eficiencia.

Gracias José M. Flores Burgos por tu carta.

Luis E. Labarca Castillo

Sin chivos expiatorios ni caza de brujas

A continuación reproduzco una carta que me llegó por e-mail. Me he tomado la libertad de hacerlo en el entendido que es pública.
Ciertamente la carta muestra una historia dura muchas veces repetida, con más o menos violencia o dramatismo. También da cuenta de dolor y amargura.... Y quien lo podría reprochar?....
Pero lo más importante es que refleja perdón y optimismo.... y es realista.
Gracias a su autor.

Carta del Día por José M. Flores Burgos

Sin chivos expiatorios ni caza de brujas

Martes 7 de Diciembre de 2004

Al 11/09/1973 yo tenía 20 años, estudiaba tercero de Ingeniería en la U; era dirigente de alumnos y vocal FECH. Realizaba activismo político-sindical en el Cordón Vicuña Mackenna, por orden del Departamento Nacional Sindical del Partido Socialista. Milité en el PS desde los 14 años de edad, como dirigente secundario.
El 11 fui destinado a apoyar la resistencia en la empresa IRT del Cordón, esperando armas para defender el gobierno popular. Se suponía que gente con preparación paramilitar nos apoyaría. Por la ineficiencia de nuestros dirigentes de entonces, no existió tal apoyo. Teníamos la certeza de que se aproximaba un golpe militar: todos estábamos conscientes que íbamos a enfrentar un período duro, de sangre y fuego, y esperábamos resultar vencedores. Los riesgos los teníamos claros.
Sin armas, sin medios de defensa ni de ataque y con escasos obreros, fui detenido el 12/09 por FF. EE. del Ejército que allanaron las fábricas, donde no hubo ninguna resistencia. Fui trasladado al Estadio Chile y cerca del día 18 o 19/09 llevado al Estadio Nacional. Trasladado a los camarines bajo la marquesina, no vi la luz del sol hasta pocos días de ser evacuado el Estadio.
Junto a muchos otros fui dejado en “Libertad Condicional” ¿Por qué? Hasta hoy lo ignoro.

Desde que fui detenido hasta que comí la primera comida pasaron ocho días. Fui torturado en muchas de las formas ahora conocidas y relatadas por otros prisioneros en el Informe. Creo que fui de los primeros detenidos desaparecidos que hubo: compartí la celda-camarín con muchos que ocupan cargos importantes de gobierno, con sacerdotes, con periodistas extranjeros y nacionales, extranjeros y compañeros de partido. Supe de hombría y solidaridad.
Sufrí lo inimaginable; no sé cuántas veces fui objeto de simulacros y otros tormentos, que hasta la fecha no los he mencionado ni los mencionaré. ¿Para qué? ¿Para hacerme sentir un mártir de la causa? ¿Para satisfacer las necesidades de voyerismo político de algunos? ¿Para calmar el sadismo político de otros que les encanta escuchar sobre torturas? ¿Para encontrar chivos expiatorios en terceros? ¿Es que acaso mi dolor y el de mi familia se borrarán con el relato de torturas? Yo no rasgo vestiduras. Asumo lo que me tocó vivir en esa época y en esas fechas y en esas circunstancias.
Por eso no concurrí a declarar a la Comisión: porque yo sabía en lo que estaba metido y en lo que podía pasar. No sentí miedo ni temor al sufrimiento: sólo impotencia, por no haber contado con los medios para haber sido nosotros quienes tuviéramos el sartén por el mango. Rabia, porque muchos de quienes nos indujeron y a quienes veíamos como nuestros líderes en la tarde del 11 estaban asilados. Pero hacerme pasar por víctima, ¿víctima de qué , si yo también, a pesar de mi juventud, sabía lo que se venía y a lo que estábamos expuestos? ¿O los compañeros de entonces me van a decir que no sabían lo que podía venir con un golpe? No pudimos ni supimos prepararnos, ni mucho menos evitarlo. Que el golpe borró de un plumazo mi carrera de Ingeniería, tal vez. ¿Que tuvo mucho costo personal? Es cierto. ¿Que murieron muchos inocentes? Es verdad. ¿Que el golpe me dejó una herida abierta? Claro que sí, pero el tiempo se ha encargado de cerrarla, aun cuando es imposible borrar la cicatriz que tengo en el alma. Pero asumo, y por eso no concurrí a la Comisión. Conozco personas detenidas por diferentes circunstancias, sin torturas físicas, por breves períodos de tiempo y que han declarado ante la Comisión. Allá ellos, y si les satisface o no la pensión que les entregarán. Me duelen mucho los comentarios de amistades que al enterarse que no fui a la Comisión me han tratado de torpe, ya que no tendré una pensión. La gente se ha vuelto más materialista.
Pero no usufructuaré de una situación y de una ventaja económica por haber hecho y actuado como lo hice y obré hace 30 años. El que casi un 70% de quienes declararon ante la Comisión hayan sido por situaciones de los primeros meses del golpe me parece un aprovechamiento de unos cuantos, pero allá ellos. Un deseo tal vez masoquista de decir yo fui torturado y por eso el Estado me debe una compensación.
Asumo mi propio mea culpa sin chivos expiatorios ni caza de brujas. Tratando de entender el contexto histórico en el cual todos fuimos presa de un odio y pasión política que ojalá nunca más vuelva a ocurrir. Ahora es fácil cargarse la culpa los unos a los otros. Ahora es fácil hablar de la locura de esos años, pero creo que muy difícil hacerlo mediante una reflexión honesta, pura, sin odios y transparente como la que he tratado de relatar. Por ello no fui a declarar a la Comisión, y eso me tranquiliza.
José M. Flores Burgos

martes, 5 de octubre de 2004

Una Vuelta Completa

Aquí estoy nuevamente. Ha pasado poco más de un año desde que inicié este "blog" y vuelvo casi donde empecé...

Son las cinco de la mañana entre un lunes y un martes. Debería estar durmiendo, pero....

sábado, 31 de julio de 2004

La Manilla (Manija)

Hace años atrás, probablemente en un funeral, mi hermano Diego compartió conmigo (y tal vez con otras personas muy íntimas) un pensamiento que me ha hecho reflexionar en muchas ocasiones.

Se trata de filosofía de vida simple y pura:

Una vez que nacimos, morimos. El asunto parece fácil, pero no lo es. Desde luego, en ambos casos, nuestra voluntad no cuenta. En el primer caso tanto menos que en el segundo. Y de la misma manera como se necesita de otras personas para nacer y estar en el universo, también se necesita de personas para que, luego de la muerte, ayuden a que nuestro cuerpo se reconvierta y siga dentro del universo pero ya en otra fase.

Hemos nacido, estamos aquí. Nos queda morir y esperar que alguien de los que permanezcan ayude a disponer de lo que quedó de nosotros.

Será en esos momentos cuando se habrá necesitado transitar por el mundo de manera que luego del instante final, cuando ya nada está bajo nuestro control, haya gente, personas, dispuestas a tomar la MANILLA de tu cajón y cargar tus despojos para que tú y tu cuerpo pasen a la siguiente fase de materialidad.

Pero.... Cual es el misterio!!! dirán muchos.... funerales y cargar cajones en una cosa de todos los días....

Sí, es cierto. Es parte de los ritos de nuestra cultura.

Sinembargo, hay una diferencia que no está a la vista: una cosa es que se tome la manilla por rutina cultural y otra es que haya personas que no sólo estén dispuestas sino ansiosas y gustosas de tomar la manilla de tu cajón y llevarte a la tumba.

Los cínicos dirán que a esas alturas al personaje del cajón le importa un bledo... y es cierto.

Pero a los que quedan sí les importa. Sí es importante el recuerdo de ese ser SINGULAR que ya no estará con nosotros.

Ese recuerdo nos hace trascendentes (por lo menos por un tiempo corto; una o dos genaraciones en la mayoría de los casos). Y por ese recuerdo, tantas más personas estarán dispuestas a tomar la manilla cuanto más hayas ejercido tu responsabilidad de ser SINGULAR, de haber pasado por el universo con consciencia, haciendo de tu vida algo un poco más rica, rompiendo las barreras culturales y mentales que castran nuestros esfuerzos y nos impiden engendrar relaciones con otros seres SINGULARES, quienes estarán gustosos de tomar la manilla y cargar nuestro cajón.

El desafío es simple, pero difícil: Hagamos de nuestra vida algo que valga la pena para nosotros y para otros, que con gusto, tomen la manilla y carguen nuestro cajón.

Finalmente, mi experiencia............

He tomado manillas de cajones de quienes no tenían a nadie más que lo cargara. Que tristeza. La manilla quema por fría.

He sido privilegiado de lograr tomar manillas de cajones de personas que tenían muchas otras dispuestas a cargarlo. Qué alegría. La manilla quema por su calor.


viernes, 2 de julio de 2004

Prostitución Estructural

En estos días en que hemos recibido la visita de un "task force" de la marina norteamericana, que incluía al porta-aviones "Ronald Reagan", supuestamente el más grande del mundo, sale a la superficie otro de las características estructurales de nuestra sociedad. Se suma a los problemas estructurales de la economía, el problema que llamo "Prostitución Estructural".

Y no solo estoy pensando en la cantidad de prostitución propiamente tal que realmente existe, sino más bien a la prostitución del espíritu, que de una u otra forma nos afecta a todos.

Ya no solo era chocante ver que se consideró como noticia principal y motivo de reportajes especiales a la capacidad de Valparaíso de dar satisfacción sexual a los tripulantes del grupo de tareas, sino también cómo las autoridades de diversos organismos, utilizando dinero de nuestros bolsillos, se dedican a apoyar esta idea de "Valparaíso, Prostíbulo de la Humanidad" repartiendo condones a diestra y siniestra. Me extrañó que no hubiera un puesto en el muelle Prat, donde se entregara "gratuitamente" (gratuito significa: con su plata y con la mía), la píldora del día despúes, para aquellas damitas que no alcanzaron a "agarrar" condones paro sí agarraron pareja "sin precauciones". Eso habría sido la guinda de la torta.... Por qué no se les ocurrió?.

Pero he hablado de Prostitución Estructural (o Institucional?), y con eso me refiero a la facilidad como nuestras creencias, principios, valores, instituciones, autoridades públicas y privadas se prostituyen, "entregándose" o vendiendose por pequeñas monedas, favores, intereses económicos, políticos, personales, corporativos o simplemente por aparecer en los "medios".

El último tiempo ha estado lleno de eso. Políticos que acusan a políticos de las más bajas conductas y delitos. Noviazgos que se rompen en el último momento, porque uno de ellos se dá cuenta que no está preparado, después de haber disfrutado de la cama y el dinero del otro..... Jueces con desviaciones sexuales que llevan casos de desviados sexuales.....
Una televisión y unos diarios que se mantienen, crecen y se venden renunciando al más mínimo pudor... Y lo peor de todo, observadores y lectores que están dispuestos a pagar por esa clase de mercadería.

Si eso no es prostitución, entonces he aprendido poco. Y si eso no se reconoce como institucionalizado, entonces estoy ciego....

Es probable que sea un ignorante corto de vista.....

Pero las siluetas, figuras y sombras que percibo, las asocio con decadencia, y NO ME GUSTAN.

lunes, 12 de abril de 2004

EL MENSAJE - Por Manuel de la Lastra.

Lunes 8 de mayo 13:50 horas...

María Trinidad, Gerente de Recursos Humanos de la Compañía Cervecera Münich, se dirigió, tras una larga reunión en las oficinas de los abogados externos de la empresa, a su oficina... Su secretaria se encontraba con licencia a raíz de esas estupideces de ahora, un lumbago mal cuidado... 4 días de licencia... En este país ya nadie se interesa por el trabajo, pensó... tiró molesta la carpeta sobre su escritorio... allí se encontraba su teléfono celular... luego miró su teléfono... la luz de mensaje se encontraba encendida... miró la hora en el display de éste y recordó que tenía una reunión almuerzo con los del sindicato a las 14:00 horas para tratar el tema de la huelga... claramente no alcanzaba a revisar sus mensajes...

Tomó el celular, lo puso en su cartera junto con su libreta de anotaciones y se dirigió al casino de la empresa... tenía tantas cosas en su cabeza en ese momento... su madre estaba con un cáncer terminal y era posible que no le quedara mucho tiempo más... las ventas de la compañía habían caído en forma importante, los trabajadores estaban fraguando una huelga y la presidencia no tenía mucho por donde negociar.

Entre la crisis asiática y la globalización del mundo empresarial... había sido una prueba tremenda para la capacidad de gestión de la empresa... llegaba al país esa cerveza Argentina subvencionada que había prácticamente erosionado los márgenes de utilidad, y, como si fuera poco, las tasas de interés, producto de las medidas tomadas por el Banco Central para frenar el crecimiento económico, se habían elevado a las nubes...

La Sra. Trinidad, como le decían respetuosamente en la empresa, también estaba preocupada por algunos de esos llamados problemas domésticos recurrentes... su hijo en el colegio, esa reunión con la profesora de Matemáticas para ver que paso seguía con este... su hija que había salido sin permiso el domingo y que llegó de madrugada en muy mal estado... en definitiva un lunes más como tantos otros.

Presionó fuertemente el botón del ascensor y vio como los números luminosos cambiaban acercándose al piso 8 donde se encontraba.

Entró en el casino de la empresa y se dirigió al privado que había previamente reservado... ya estaban los del sindicato esperándola. El jefe del sindicato, al verla entrar, se levantó y se dirigió a saludarla un tanto temeroso según notó ella, antes de entrar en el tema en cuestión.

Trinidad, luego de los protocolos preliminares, se sentó en la cabecera de la mesa en donde se encontraba ya servido el primer plato... comenzó, como era su costumbre, a jugar con el tenedor y el cuchillo frente a la entrada que tenía ante sí, mientras escuchaba la larga exposición del jefe del sindicato, la cual era seguida atentamente y con un dejo de miedo por el resto del equipo.

Ella, pese a manejar el Departamento de Recursos Humanos, o RRHH , sabía ser fría y calculadora. Ocultaba sus emociones... como que en la emoción no lograba sentirse cómoda...

Rondaba en las altas esferas ejecutivas el rumor que la empresa estaba siendo vendida a un gran consorcio multinacional, con lo que era probable que la producción de Cerveza se trasladase a otros países latinoamericanos con menores costos de mano de obra y menores restricciones laborales, lo cual implicaría el despido masivo de toda el área de producción... incluyéndose ella misma pensó irónicamente para sus adentros.

Trinidad pensó así mismo en su propia vida. En estos últimos meses no había estado mucho en su casa... su marido le había contado que su hijo tenía problemas en el colegio, y, por si fuera poco, hoy su hija llegó totalmente ebria a las 4 de la mañana luego de salir con ese patán que decía ser su pololo...

Su mente divagó un poco más... su madre... era del tipo afectiva, totalmente irracional, gozadora con las cosas simples y lo que es peor, con ese optimismo a prueba de todo...

Su fallecido padre fue el extremo opuesto... soberbio, dominante, extremadamente seguro de sí mismo y de esas personas que siempre tienen la razón y la última palabra en todo..., algo así como un semidiós. Ella por un lado le tenía pánico y susto, pero siempre lo admiró desde niña, y aprendió a imitar ese molde que veía tan fuerte en su casa...

Ahora, cada vez que conversaba con su madre, terminaba molesta... como que esta siempre le mostraba lo que ella no quería ver... ó tal vez, pensó cínicamente, no se atrevía a ver... Será un problema de senilidad... ó tal vez temor de mostrarme débil ante los demás... Que pasaría, pensó para sus adentros, si le dijese a estos rotos del sindicato que tengo muy dentro de mí sentimientos igual que ellos, que también puedo sufrir como ellos, y que también estoy muerta de susto si la empresa desaparece...

Repentinamente ocurrió lo inevitable... su teléfono celular.... ella pidió disculpas a los presentes... tomó el teléfono... En el visor vio que la llamada provenía del celular de Juan, su marido... ¿Qué habrá sucedido? Se preguntó...

- “Aló” contestó ella con un escueto gesto de impaciencia

- “Trini... soy Juan”... era su marido... recordó el gran altercado matrimonial de la mañana cuando le dijo con ese tono tan autoritario que la caracterizaba, que debía terminar luego con ese negocio suyo y dedicarse a otra cosa... pero, no pudo dejar de notar en su voz un dejo de ternura que hacía mucho no le escuchaba...

- “Juan, le dijo con ese tono autoritario... perdóname que no pueda atenderte, pero estoy justo en medio de la reunión almuerzo con el sindicato, llámame en un momento más....”

- “Trini...” le dijo el utilizando ese mismo tono cariñoso... “sé que estás ocupada pero... no se como empezar.... sucede que ... bueno... , tu madre murió hace poco... me llamó la nana de tu madre, la Nena, y me encuentro en casa de tu madre y te pido por favor que vengas lo antes posible para ver que hacemos...

- ¡Mi madre murió!.... dijo ella con un tono de incredulidad... pero si hablé con ella por teléfono el viernes pasado y se escuchaba tan bien... pero como sucedió...

Trinidad escuchó silencio en la línea por un momento... luego la voz entrecortada de su marido le dijo:

- “Trini... la Nena la encontró a eso de las 12:30 en su cama... parece que estaba tratando de llamar a alguien pues el teléfono estaba caído en el suelo. El doctor dijo que fue un infarto fulminante y que la muerte fue muy rápida. En todo caso ya nos encargamos de algunos trámites que se deben realizar, pero ojalá puedas venir lo antes posible...”

- “Está bien... voy inmediatamente...”

Los miembros del sindicato veían como la cara de la Sra. Trinidad se descomponía en la medida que conversaba por teléfono... Pedro Salgado, el jefe del sindicato le preguntó algo que Trinidad no entendió... era como si estuviese en otro planeta... Trinidad murmuró algo ininteligible y luego de recuperarse, les dijo entre murmullos...

- Mi madre acaba de morir... me llamó mi marido para informarme de esto y bueno, les pido mil disculpas pero debo dejarles por el momento... yo les llamaré para coordinar otra reunión...



Trinidad se levantó lentamente de la mesa, y comenzó a caminar como fantasma hacia la puerta de salida... Se sentía tan rara y como que estaba en otra dimensión que no acertaba a comprender. Tantos problemas, tantas cosas que había debido vivir... y ahora esto...

Salió a la calle como zombi, detuvo el primer taxi que encontró y se dirigió a la casa de su madre... como la recordaba ahora que ya no la tendría más... recordó lo que había sentido con ella, lo mucho que ella la había ayudado en sus momentos difíciles y con esos argumentos tan estúpidos e irracionales... con ese incorregible optimismo... aún sabiendo lo de su enfermedad y que su vida había quedado irremediablemente acotada en la dimensión del tiempo, su sonrisa se mantenía igual. Eso si que era irracional, pensó para sus adentros...

En pocos momentos llegó a casa de su madre... no pudo dejar de mirar el rosal de la entrada... Ella se lo había regalado para su último cumpleaños, en un apuro a la salida del supermercado y que ella, quien sabe como, la había convencido que la ayudase a plantarlo a la entrada de su casa. Recordó como se había arruinado su vestido nuevo, con el barro y la tierra, pero muy dentro de sí reconoció lo bien que lo había pasado... el orgullo que sentía su madre ante ese gran filodendro verde que ya tenía algunas hojas mustias y que crecía incontenible al costado de la puerta de entrada... ese mueble esquinero de “maéra fina”, como le dijo el vendedor de ese humilde local del Mercado Persa y que había pintado con tanto cariño el mes pasado... como que todo lo sencillo y simple que veía a su alrededor le hablaba de su madre...

Su marido salió a recibirla con un cariñoso y sentido abrazo, y caminaron juntos al dormitorio de su madre... allí experimentó el momento más duro de su vida... ver como dos personas extrañas colocaban a su madre en aquel negro ataúd... y como lo cerraban...

Poco a poco, una sensación extraña que hacía tiempo no sentía, la invadió muy por dentro de sí... Era una sensación parecida a la que sintió de niña cuando murió su padre... La tristeza la invadió. Se dio cuenta de cuan efímera es la vida, ayer la tenía y hoy ya no... También pensó en todos sus problemas, y de alguna forma entrevió que estos funcionan igual... un día están y al otro ya son pasado... recordó con amargura todas aquellas veces que se había propuesto visitar a su madre, y finalmente había desistido a última hora pues siempre tenía cosas más importantes que hacer... y que ahora resultaban tan estúpidas... pero ya era tarde.


Lunes 15 de Mayo 8:00 de la mañana... Cervecerías Munich... oficina RRHH

Había pasado una semana... Trinidad volvió a su oficina...

Al llegar a su escritorio, vio nuevamente su teléfono... el display le indicaba que era lunes y que eran las 8 de la mañana... la luz de mensajes seguía encendida... cuantos mensajes habrá en el teléfono se preguntó para sus adentros. Mentalmente calculó que a una tasa de 8 mensajes por día, serían unos 40 mensajes a revisar

Como aun no llegaba su secretaria, decidió tomar el teléfono... discó el código 300, y le contestó esa voz coloquial femenina que le informaba

“Si desea tomar sus mensajes disque 1... para cambiar su saludo personal... disque 2....”... y seguía con otras opciones

Distraídamente discó el 1, y la voz femenina le indicó:

“Mensaje recibido día lunes 8 de Mayo 10:08 AM del teléfono 2131223...”

El teléfono le parecía muy familiar... luego escuchó un chasquido, y luego una voz un tanto tenue pero que sin lugar a dudas le era muy familiar...

-“Trini... soy tu mamá... no se si lamentar o agradecer que no me hallas contestado y encontrarme con esa maquinita que tanto he criticado... siento que estoy en mis últimos momentos... pero quiero que sepas que estoy tranquila y contenta... me iré dentro de poco, o al menos así lo presiento en modo irracional como dirías tú, pero antes de irme...

Siempre quise tratar de hacerte ver que lo más importante en la vida no se encuentra en tu empresa... ni en tu trabajo... ni en eso de ser el mejor en esa tonta competencia... o en tener siempre la razón...

Ahora Trini lo veo tan claro... pero como transmitírtelo antes de irme... Se que esto no te llega... lo tomas como las tonteras de esta vieja que nunca ha entendido como funciona el mundo... el mundo tuyo ese racional y frío... contra el mío tan tonto e irracional como me haz dicho tantas veces...

Te desvelas tanto, pero como haz dejado de lado lo que realmente vale... piensa por un momento en Juan tu marido..., Miguel, tu hijo, quien ha venido tantas veces a conversarme de sus sueños... tu hija... solo trata de llamar tu atención...

El amor, Trini... no es racional... es libre y simplemente fluye... Si lo tratas de capturar desaparece... si lo dejas fluir... aparece en las cosas más increíbles y simples, como en esa rosa que plantamos juntas en la entrada... el amor está hecho de pequeñas cosas... el océano no es sino un conjunto de gotitas pequeñas... así también es el amor... gotitas pequeñas muy penetrantes que van empapando a quienes te rodean... y esas gotitas no son más que ese tiempo que dedicas a los tuyos en forma amorosa... sin buscar razón...

Adiós hija... ojalá algún día me entiendas... “


Se escucha un golpe supuestamente al caer el auricular al suelo

Luego la coloquial voz femenina del sistema:

“Para repetir este mensaje disque 1... si desea eliminarlo disque 2... para almacenarlo y continuar... disque 3...

“opción inválida... por favor reintente...

“Para repetir este mensaje disque 1... si desea eliminarlo disque 2... para almacenarlo y continuar... disque 3...

“opción inválida... por favor reintente...

“Para repetir este mensaje disque 1... si desea eliminarlo disque 2... para almacenarlo y continuar... disque 3...

..............

MdlLastra

martes, 30 de marzo de 2004

El Siguiente Paso

Ahí estaba. Solo.

Había recorrido un largo camino para llegar hasta allí. Había sido difícil a veces, pero también hubo momentos de mucha alegría. En ocasiones lo acompañaron y él a su vez había compartido con otros viajeros y gentes de los lugares por donde pasaba. Conoció toda clase de personas: sencillas, cultas, cínicas, generosas. Muchas veces organizó o se integró a grupos de viajeros.

Así, tuvo jornadas muy agradables y otras para olvidar.

Porqué viajaba?. Era una pregunta que de tanto en tanto despertaba en su mente. En ocasiones las respuestas eran obvias, otras veces no lo sabía, pero era claro que tenía que seguir adelante.

En todos esos años algunas veces dejó de viajar y se quedó en lugares muy diferentes, los que disfrutó y cultivó la tierra, hizo crecer árboles, animales y personas. Pero no todos los lugares fueron así. La diversidad del universo se refleja en todo.

Pero quedarse en un lugar no era suficiente. el viaje debe continuar, acompañado o solo, pero debe dar otro paso.

Ahí estaba. Solo.

Mira a su alrededor y observa que hay una nueva parada en su viaje. Ya divisa un grupo de personas que podrían estar dispuestos a acogerlo. Es así. no solo depende de él, también depende de los demás. Pero….. Seguir solo? NO.

La experiencia le dice que no vale la pena, que hay tanto que aprender y compartir.

Sólo tiene que dar unos pasos adicionales para llegar al grupo. Parece fácil pero no lo es. Su mochila es pesada, contiene cosas útiles pero también inútiles. Y por más inútiles que fueran no ha querido o podido deshacerse de ellas. Tiene, debe, dar los pasos adicionales para llegar a este nuevo pueblo y con toda su carga. Sólo así podrán reconocerlo tal como es.

Se detiene los últimos instantes y ya tiene un su mente y su corazón un nuevo sueño. Sólo hay que dar el siguiente paso para empezar a cumplirlo.

Él lo sabe bien, o al menos así ha vivido su vida: se necesita un sueño, una compañía que comparta el sueño y un lugar para descansar y curar heridas. Esto lo había escuchado de alguien que le pareció experimentado y sabio y lo hizo suyo.

Ya tiene el sueño, encontrará a alguien que lo acompañe y posiblemente este sea el lugar para descansar y curar sus heridas.

Una última mirada al grupo y se decide: da el siguiente paso.

Será el último?... No lo sabe, pero ya está con el grupo y dispuesto a vivir.

Si en este lugar o con estas personas no encuentra lo suyo,

Dará el siguiente paso.