sábado, 31 de julio de 2004

La Manilla (Manija)

Hace años atrás, probablemente en un funeral, mi hermano Diego compartió conmigo (y tal vez con otras personas muy íntimas) un pensamiento que me ha hecho reflexionar en muchas ocasiones.

Se trata de filosofía de vida simple y pura:

Una vez que nacimos, morimos. El asunto parece fácil, pero no lo es. Desde luego, en ambos casos, nuestra voluntad no cuenta. En el primer caso tanto menos que en el segundo. Y de la misma manera como se necesita de otras personas para nacer y estar en el universo, también se necesita de personas para que, luego de la muerte, ayuden a que nuestro cuerpo se reconvierta y siga dentro del universo pero ya en otra fase.

Hemos nacido, estamos aquí. Nos queda morir y esperar que alguien de los que permanezcan ayude a disponer de lo que quedó de nosotros.

Será en esos momentos cuando se habrá necesitado transitar por el mundo de manera que luego del instante final, cuando ya nada está bajo nuestro control, haya gente, personas, dispuestas a tomar la MANILLA de tu cajón y cargar tus despojos para que tú y tu cuerpo pasen a la siguiente fase de materialidad.

Pero.... Cual es el misterio!!! dirán muchos.... funerales y cargar cajones en una cosa de todos los días....

Sí, es cierto. Es parte de los ritos de nuestra cultura.

Sinembargo, hay una diferencia que no está a la vista: una cosa es que se tome la manilla por rutina cultural y otra es que haya personas que no sólo estén dispuestas sino ansiosas y gustosas de tomar la manilla de tu cajón y llevarte a la tumba.

Los cínicos dirán que a esas alturas al personaje del cajón le importa un bledo... y es cierto.

Pero a los que quedan sí les importa. Sí es importante el recuerdo de ese ser SINGULAR que ya no estará con nosotros.

Ese recuerdo nos hace trascendentes (por lo menos por un tiempo corto; una o dos genaraciones en la mayoría de los casos). Y por ese recuerdo, tantas más personas estarán dispuestas a tomar la manilla cuanto más hayas ejercido tu responsabilidad de ser SINGULAR, de haber pasado por el universo con consciencia, haciendo de tu vida algo un poco más rica, rompiendo las barreras culturales y mentales que castran nuestros esfuerzos y nos impiden engendrar relaciones con otros seres SINGULARES, quienes estarán gustosos de tomar la manilla y cargar nuestro cajón.

El desafío es simple, pero difícil: Hagamos de nuestra vida algo que valga la pena para nosotros y para otros, que con gusto, tomen la manilla y carguen nuestro cajón.

Finalmente, mi experiencia............

He tomado manillas de cajones de quienes no tenían a nadie más que lo cargara. Que tristeza. La manilla quema por fría.

He sido privilegiado de lograr tomar manillas de cajones de personas que tenían muchas otras dispuestas a cargarlo. Qué alegría. La manilla quema por su calor.


1 comentario:

Carlos A. Labarca dijo...

Lucho: En el funeral de mi padre, a ese que tu y tus hermanos le decían "Tata" quizá porque no tuvimos abuelo, te vi distante, "urgido" y pensé que como el primo mayor tenías el derecho y quizá porque no, la obligación de tomar "manilla" del cajón del papá; El tio Pato, tu padre necesitaba un cajon con muchas manillas porque dejó en sus sobrinos el mejor de los recuerdos mientras vivió en nuestra casa.

Estar "sin estar" en estas horas en que alguien muy cercano se va debe ser más incómodo...

Abrás tenido tus razones y siempre serán respetadas. Ahora del porque no te acercaste a mi me tiene más metido...