jueves, 4 de diciembre de 2008

El Espíritu de la Navidad

El Espíritu de la Navidad, un tema que en nuestra sociedad muchas veces resulta polémico.  Es común encontrar comentarios y actitudes que lo critican, que son contradictorios y que reflejan, en mi opinión un gran desenfoque. 

Por lo anterior, quisiera, por un instante, reflexionar sobre el tema, desde mi perspectiva muy básica, que creo es la que anima a mis seres más queridos:

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Mateo 2, 10-11:

10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. 11 Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. 

Lucas 2, 14-20: 

14 «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.» 15 Cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.» 16 Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño; 18 y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. 20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho. 

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Luis 1, en adelante: 

1. El Espíritu.

1 Por estos días, estamos entusiasmados renovando el Espíritu de la Navidad. 2 Y esperamos, como ha sucedido, que el Espíritu permanezca en nosotros hasta la próxima renovación.  3 Los días previos, la preparación, la fiesta, los días posteriores, el año de espera, más que un rito, se han ido convirtiendo en una visión de la vida y que nos alegra y nos impulsa.  4 El amor, el cariño, el calor (literal) de la reunión familiar es un especial aliciente y recuerdo permanente de lo valioso de la familia y de los valores éticos y morales fundamentales. 5 En esos valores hemos crecido y con esos valores hemos tratado de hacer crecer a nuestros hijos, y que seguramente, ellos los usarán para crecer a sus familias. 

2. Niños y Hombres.

1 Los niños han sido, y seguirán siendo, el centro de este Espíritu. 2 Los niños son y representan el futuro, las esperanzas, la inocencia, la risa, en fin, lo que quisiéramos conservar en nuestros corazones por toda la vida. 3 Los niños representan la perfecta oportunidad para, como ellos lo hacen, con toda transparencia, dejar atrás los rencores, los dolores, las frustraciones y despertar al otro día con la actitud renovada y con energías interminables. 4 Pero, los niños crecen se hacen en Hombres. 5 Hoy parece que ese proceso es más una mutación, una metamorfosis que un crecimiento. 6 Hoy parece que el amor, la transparencia, la ingenuidad, el perdón, la esperanza, el optimismo, no crecen como debería y se transforma, muchas veces en lo opuesto. 7 Privilegiados son los que crecen en Hombres y cultivan y crecen en el Espíritu de la Navidad. 8 Privilegiados somos al comprender que el Espíritu, nos devuelve al niño y nos llena de amor, esperanza, amistad y alegría. 8 Privilegiados somos de volver a ser niños. 9 Privilegiados de compartir el Espíritu de la Navidad y de permitirnos, nosotros mismos, ser Niños y Hombres.

 3. Los regalos.

1 Los regalos y los niños nos dan una oportunidad de expresar el cariño, el amor, el compromiso, la renovación. 2 Lo niños, igual que Jesús, a quién Reyes y Pastores regalaron en su Natividad, aprecian de una manera especial y necesitan de esos regalos. 3 Hagamos lo mismo, hagamos que nuestro niños, ojalá todos los niños, disfruten de regalos. 4 Regalemos, igual como lo hicieron los Reyes de oriente: mirra, oro, incienso. 5 Regalemos, igual como lo hicieron los Pastores: alegría, acogida, esperanzas, amistad, palabras maravillosas. 6 Guardemos, como María, esas palabras e intenciones como regalos muy preciados. 7 Volvamos como Reyes y Pastores, contentos, felices, con energía a nuestros quehaceres y llenos de la esperanza que mantendremos el Espíritu, que lo haremos nuestro, día a día y, que lo renovaremos una vez más en la próxima Navidad. 8 Regalémonos nuevamente, el mejor y más grande regalo; el que se queda con nosotros, en Hombres y en Niños, año con año, que se acumula, que crece; regalémonos nuevamente el Espíritu de la Navidad.

FELIZ NAVIDAD!!!!!

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