lunes, 1 de marzo de 2010

Terremoto y Maremoto. La otra cara de los escombros.

Cuando quise compartir mi frustración, enojo y tristeza por lo ocurrido con el terremoto, no estaba pensando solamente en el evidente mal manejo de la situación por parte de nuestros dirigentes y de su temor atávico a tomar las decisiones que la "autoridad" requiere.

Es importante sin duda, que la autoridad haga uso de todos los mecanismos con que cuenta, incluidas las FFAA. Cosa que no hicieron con la debida prontitud y decisión, y que transparentó una dimensión de nuestra sociedad que casi llega a darme asco....

Es posible que haya algo de bueno en la irresponsabilidad de no llamar a los militares desde el primer momento. Nos ha servido para saber quiénes somos, para desenmascararnos, para darnos cuenta de lo qué hemos hecho con el alma de nuestra muy querida Patria.

Lo que me pone triste, enojado y me frustra es el relativismo moral, la falta de ética, el desprecio por los demás, la falta de respeto, la falta de solidaridad, la desidia, la irresponsabilidad.

Hemos pasado años creyendo que somos solidarios porque tenemos la Teletón y porque cada vez rompemos récords. Hoy me parece claro que la Teletón y los récords quebrados, con todo lo valioso que han sido, son también una muestra y casi un monumento a la soberbia. Ahí no hay solidaridad.

Tampoco hay solidaridad ni principios morales cuando se asalta un supermercado. Menos solidaridad hay cuando se llenan cuatro carros de supermercado, aun cuando se paguen, con mercaderías que no se necesitan. La bofetada a quienes no tienen nada es tan dolorosa como la del que se robó la mercadería. No hay solidaridad cuando sin necesitarlo se acapara el combustible que no se necesita.

El relativismo moral, expresado en las palabras del Ministro del Interior quien declara que "los saqueos en Santiago son injustificables puesto que no se ha sufrido como en las regiones del sur...." es inaceptable. Quiere decir eso que en el sur los saqueos sí se justifican?.....

Hay irresponsabilidad de las Instituciones (y de las personas) cuando no cumplen con su deber y no ejecutan los procedimientos hechos por ellos mismos, que son su razón de ser, y que han sido largamente cacareados, pero que cuando llega el momento, "se produce un error de coordinación" y no avisan del maremoto. Un Ministro de Defensa, que saca las castañas con la mano del gato, y que con frases poco serias explica errores que han costado muchas vidas, es irresponsable.....

Pero también hay saqueo cuando empresarios inescrupulosos construyen edificios o carreteras saltándose las normas y las leyes, costándole así la vida a muchas personas y que no tiene la mínima decencia de dar la cara..... Para qué, si somos una "economía avanzada" y los seguros y abogados se encargarán de todo. Ni siquiera es necesario ponerse colorado......

Hay falta de respeto cuando no damos el paso al auto que señalizando, nos lo pide. La misma falta de respeto y violencia del dueño del 4x4 que simplemente se abre paso con el tamaño de su vehículo (y de su chequera).

En fin... puedo escribir largos argumentos pero creo que puse mi punto sobre la mesa.
El terremoto y maremoto han destruido y dejado por el suelo muchísimos años de trabajo y también ha frustrado muchos sueños y esperanzas. Pero también, entre los escombros sucios, ha aparecido el deterioro moral.

Tardaremos unos tres a cinco años y algunos miles de millones de dólares en reconstruir y probablemente mejorar lo que teníamos. El Ministro de Hacienda dijo que, en otra muestra de la arrogancia que lo caracteriza a él y toda nuestra pequeña sociedad, reservas de plata, tenemos.

Pero desgraciadamente a juzgar por lo visto, lo que nos falta es reserva moral y tardaremos generaciones en reconstruir la ética, la moral, el respeto, la austeridad y solidaridad de nuestra sociedad.

Lo que más duele es que, al contrario del terremoto, la decadencia moral era previsible, estaba anunciada y no hicimos nada para detenerla.

Avergoncémonos (en todos los sentidos de la palabra) y pongamos toda nuestra energía y paciencia para reconstruir nuestra sociedad. A nuestros hijos podemos dejarles el planeta caliente, pero no podemos dejarlos sin las herramientas para vivir civilizadamente.

Arriba Chile¡¡¡¡¡¡

Luis Labarca.

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